Días venéreos
clavan puntas de lanza sobre tu sanguineidad
Tardes ausentes de gracia,
que se entrometen por sobre el ovillo de lana
y una sonrisa que no existe, ni existirá.
Noches de espera
soplando velas negras y cantando esas nanas tan odiosas.
Meses que terminan en una copa rota
llena de sangre y ojos astillados de espanto.
Vidas que ni siquiera lograron ser luces de bengala,
y sin embargo tendrán nombre.
viernes, junio 15, 2007
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