viernes, noviembre 25, 2005

Inabarcable


(a Wassily Kandinsky)


Una concreción, de todas maneras, exige que nos plantemos ante la realidad y la cuestionemos de todas las formas posibles. Sin embargo hemos perdido esa capacidad. Hoy todo es concreto, todo es figurativo. Por todos los costados de nuestra finitud encontramos dientes gigantescos que se dedican a masticar y a convertir en un suave bolo alimenticio todo aquello que digerimos cognitivamente. Y si a alguno se le atorase la comida en el esófago, ya han sido inventadas prácticas píldoras que empujan hasta el fondo de nuestro aparato digestivo, de la manera más hipodérmica posible, los contenidos nutritivos de todo cuanto se produzca culturalmente. A principios de un siglo llamado veinte una persona quiso dejar de interpretar el mundo de la manera que innatamente interpretamos. Había, se debía descubrir esa manera en la que todo arte fuese miles de artes y un solo arte al mismo tiempo.

Él mismo dejó de ser un hombre con brazos figurativos, manos concretas, cabello que se toca y se peina. Todo su ser pasó a ser una entidad abstracta, ametrallada de los colores más bellos del mundo. Por todos lados esos colores respiraron, literalmente, música. Su sinestesia elaboró un arte incomprensible. Pobres de nosotros. Ahora, ese hombre que dejó de ser un humano para formar parte del mundo de las entidades indeterminadas nos mira desde esa dimensión suprema, mofándose de nosotros, los mortales, que aún no hemos llegado a comprenderlo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!..Soy tu amiga cibernetica Poly de Argentina (grande)..que te puedo decir.. Lindo log, algo extraño a los de aqui, pero hay que dedicarle tiempo y llegar a entender lo que cada una de las palabras esas quieren decir..Muy Buena...BESOTES DE TU PAIS!!!

Anónimo dijo...

´´Cada obra de arte proviene de una necesidad interna del alma. La verdadera obra de arte nace del artista: una misteriosa, enigmática y mística creación. Se separa de él, adquiere vida propia, se transforma en una personalidad en sí misma; un sujeto independiente animado por un viento espiritual, el vivo fundamento de una verdadera existencia humana.´´

Wassily Kandinsky (1866-1944)

Anónimo dijo...

es pecioso...