lunes, diciembre 03, 2007

Parir


Fastidio, abulia, sufrimiento, ilusión, angustia, agotamiento... La creación literaria es como un parto, en el que hay que hacer mucha fuerza, empujar durante horas, desechar líquidos vitales, cortar cordón, incluso comerse la placenta como los gatos. Un parto cuyo desenlace satisfactorio, después de días o semanas de sangrar, de compartir efluvios con los personajes, con la trama, con el universo... ofrece el momento sublime en el que por fin se acaricia la cabeza del recien llegado, se lo abraza, se lo descubre, en mística comunión con el cosmos. Después, la ley conocida: el neonato crece, se desarrolla, se independiza, abandona el hogar y vuelve a reproducirse, como dientes de león, como amebas insaciables. Hasta el fin de los tiempos.

Hoy Gregorio Jebluss no puede atender a nadie. Está en alguna maternidad perdida por ahí, pariendo engendros. O quizás esté pariéndose a sí mismo una y otra vez, en una suerte de loop eterno y natural.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Respira profundo, no jadees, relajate ...el trabajo de parto es asi,hay que tomarselo con calma de lo contrario puede enroscarsele el cordon al cuello y asi... nacerá deforme o morirá en el intento
V