miércoles, marzo 26, 2008

Hundes


El aire adolescente
este amanecer que huele a menta
la explosión de flores
las hormonas
la lava de mis venas
y el aire a menta.

Temblores celestes
las huellas del viento
la sombra del sol
el sudor en tus ojos
y tus gotas en mí.

Me gritas
me despiertas de un letargo de siglos
corro descalzo sobre astillas volcánicas
mastico las estelas del cortejo.
Entonces mi jalea rueda sobre tus muslos
y tu magma me calcina las vértebras.
Entonces el mundo deja de ser mundo
y es savia joven, imposible
es serpiente hambrienta
espasmos de arco iris
eléctricos espasmos
es Sodoma castigada
Venus
epilepsia
heridas saladas
y carne enrojecida.

Volvemos
el aire desmaya
aletarga.
Somos dos cometas que se rinden
que caen en campos minados.
Ahora somos conscientes
de los mil soles dibujados en el techo
de los átomos que se detienen en el ápice
justo antes de que muera la lava de mis venas
de que se disipe la menta de tu cuerpo
de volver a ser reales
y de que despierte el sol.


(Milán, marzo de 2008)
Imagen: Composición VII, de Wasilly Kandinsky.

sábado, marzo 22, 2008

Vuelvo

Vine en busca de las primeras orillas. Me siguen temblando las manos, aunque al menos ya no me sangran. El mar rabioso y el viento que dibujaron estas arrugas siempre han querido impedirme el regreso. Maniobrar la nave fue un martirio: sujetos a la madera del timón, los dedos me sangraban por las astillas que se hundían en mi piel. Los hechos, como fotogramas, se sucedieron con sorprendente exactitud: cada dos días una tempestad, una más furiosa que la otra. Y yo, nuevamente, a recomenzar la labor de desplegar las velas y correr hacia la proa. Aún me sigue doliendo el pecho, esta vez el escorbuto invadió todo lo que quedaba de mis pulmones. Tosí, vomité sangre. Pero eso no era motivo para soltar el timón ni para dejar de orientar las velas. Abatido, caí en la cubierta y lloré lágrimas de vidrio. La nave escapó hacia la deriva. Me dormí bajo la lluvia, sobre la madera podrida, y disfruté el andar de las gotas rodando por mi mejilla. Pasé días así, flotando en ese mar oscuro, ese mar que lleva mi nombre. Sin embargo hoy sentí un crujido, la proa chocó contra unas rocas. La playa era un sueño. El sol me abrazó. Mis dolores cesaron. Y en ese momento, mientras despegaba la cara del suelo carcomido, me di cuenta de que había vuelto.

Buenos Aires, marzo de 2008

martes, marzo 18, 2008

Ardid

Toda la culpa es del aire
que abre mis venas
a duros latigazos
y llora por lo bajo
mientras mastico este aire
de pus y algodón.

La válvula de escape
los latidos serpiente
testigos de la noche
noches abrigo
noches saladas
lenguas de hielo
lluvias de suero
y un eco a sangre.

Ochenta maneras de usar una silla


1. Frente a un escritorio, pluma en mano y con una pistola al lado, redactando un testamento.
2. En un trono, dando la orden real de comenzar una guerra contra el reino del norte.
3. Una cena con la pareja en el restaurante más caro de la ciudad, con un anillo de bodas en el bolsillo de la chaqueta.
4. Sentado con la espalda donde va el culo, la cabeza colgando, las piernas apoyadas en el respaldo y los pies hacia arriba, mirando una película de Woody Allen.
5. Frente a un piano, tocando una pieza de Schubert.
6. Firmando el acta de divorcio en un prestigioso bufete de abogados.
7. En la butaca del coche que soñé tener toda mi vida después de haberme divorciado, por fin.
8. De pie frente a la silla, pensando que esa silla podría estar ocupada por una persona que ya no está.
9. Probando alguna nueva y complicada postura sexual hindú.
10. Junto a una vieja máquina de escribir, poniendo el punto final a una novela que el autor decidió titular La metamorfosis.
11. Sentado con la espalda recta, las piernas cruzadas en posición de loto, las manos descansando sobre las rodillas y juntando los dedos pulgar y medio.
12. Igual que la posición anterior, pero diciendo OM repetidas veces.
13. Haciendo fuerza con los brazos para mover las ruedas, frente al umbral de la entrada a un banco, para depositar el dinero cobrado en un seguro por accidente.
14. Con unos colegas mal afeitados, jugando póker, iluminados solamente por una pequeña vela, rodeados de humo.
15. Vendiendo billetes de la ONCE en una caseta de color azul.
16. Mirando a los Beatles en directo, pero con la imposibilidad de escucharlos a causa del ensordecedor griterío de las fans.
17. Tomando el té con mi nueva suegra, poniendo cara de yo no fui.
18. En un autobús a punto de arrancar, mirando las caras de la gente que llora allí fuera, caras que nunca más volveré a ver.
19. En el asiento trasero de un jeep, preparado para el relevo de los soldados que murieron en el frente de batalla.
20. En la clase ejecutiva de un vuelo de American Airlines con destino a las islas Mauricio.
21. En una butaca de la barra del Apolo, intentando ligar con una guiri.
22. En la sala de espera del dentista, escuchando los desgarradores gritos del pobre señor que entró antes que yo.
23. En el pasillo junto a la sala de partos, escuchando el llanto de un bebé recién nacido. Quizás sea mi hijo.
24. Volviéndome a poner los dolorosos zapatos de tacón, a las seis de la tarde, después de terminar los aburridos informes que me encargó mi jefe.
25. Tejiendo unos zapatitos rosas para esa niña que trae mi hija en brazos, y que aún no conozco.
26. Cantando con unos enormes auriculares frente a un enorme micrófono, en un enorme estudio, frente a un enorme vidrio con un técnico de sonido detrás, que regula los botones de una enorme consola.
27. Aguantando las ganas de estornudar en el panel de un importante congreso organizado por las Naciones Unidas.
28. Sentado junto al presidente de un país musulmán, firmando el alto el fuego por tiempo indeterminado.
29. Frente a un piano, tocando una pieza de Strauss.
30. Escuchando las confesiones de mi paciente, que está acostado en el diván.
31. En una tumbona mirando el color de las cometas de los niños que juegan en la playa.
32. En una tumbona, mirando a unas rubias haciendo topless.
33. Chateando horas y horas en el MSN con el amor de mi vida (versión de él).
34. Chateando horas y horas con el tío que se va a casar conmigo para hacerme los papeles (versión de ella).
35. Con la silla dada vuelta, viendo las telarañas.
36. Espalda al suelo, contando la cantidad de mocos que hay pegado debajo de la silla.
37. Con la cabeza hacia atrás, totalmente relajado, escuchando el último disco de Sigur Ros.
38. Fumando una maría con pipa, con las piernas abiertas y los brazos caídos.
39. Durmiéndome en la clase de geografía.
40. Con la chica que me gusta sentada en mis rodillas, haciéndome el amigo pero, con disimulo, oliendo el aroma de su cabello.
41. El poeta, derrotado y abatido, que escribe el último poema de su vida, pensando que eso no es lo suyo.
42. En un locutorio, llamando por teléfono a Ecuador, felicitando a la madre por su cumpleaños.
43. Frente a un piano, tocando una pieza de Bhetooven.
44. Gritando desesperado en el primer asiento de un autobús, viendo a ese camión que viene de frente y que no tiene intenciones de frenar.
45. En un estadio de fútbol, con la cabeza entre las manos, pensando que nunca más iba a volver a pagar para ver a esos once desastrosos.
46. Sin que los jefes lo vean, girando y girando en una silla de oficina, recordando lo divertido que es hacerlo.
47. De pie, ensayando un suicidio.
48. De rodillas, ensayando un suicidio un poco más complejo.
49. De rodillas, ensayando una nueva forma de rezar.
50. De rodillas, ensayando una nueva postura sexual.
51. Frente a una batería, tocando el solo de la canción The Mule de Deep Purple, en Japón, año 1973.
52. Frente a un piano, tocando una pieza de Puccini.
53. Aunque parezca imposible, intentando mantener la mente en blanco, no pensando en nada, bien acomodado en esa cómoda silla del Ikea.
54. Tomando mate amargo y agua bien caliente con una persona que acaba de preguntarle “¿Qué estás fumando?”
55. Jugando al ajedrez con un ordenador llamado Deep Blue.
56. En el asiento del Apolo XII a punto de pronunciar una famosa frase al centro de control de Houston.
57. Frente a un microscopio, viendo cómo bailan las bacterias.
58. Tomando whisky para olvidar.
59. En una cena romántica, mientras hurga en el bolsillo de su chaqueta le dice a la mujer de sus sueños la trillada frase: “¿Te quieres casar conmigo?”
60. Bostezando.
61. Intentando apartar con una mueca absurda la gota de sudor que baja lentamente desde mi frente, mientras comparezco sin muchas convicciones en este absurdo juicio, ante una horda de abogados.
62. Junto a la profesora de ruso que me explica las seis declinaciones del idioma, con total cara de desconcierto.
63. Aburrido, el nuevo empleado sella y sella detrás del mostrador de la oficina de Correos.
64. La empleada de al lado, contenta por ver que tiene como nuevo compañero de trabajo a un chico tan guapo, y que sella tan pero tan bien.
65. Un sacerdote que no escucha demasiado y dice lo mismo ante los pecados de sus fieles, en ese viejo confesionario.
66. Frente a un piano, tocando una pieza de Brahms.
67. Intentando dormir para amenizar la espera en la estación de Sants.
68. Llorando con desconsuelo frente a una gran caja de madera.
69. Contento, ilusionado, temeroso, escuchando a la maestra en su primer día de clases.
70. Conduciendo una Ferrari, acelerando en las curvas, camino al casino de Montecarlo.
71. Recordando sus primeros amores mientras lee una novela de Corín Tellado.
72. Acomodando el culo mientras escucha los consejos del profesor de ergonomía pagado por la empresa en la que trabaja.
73. Decepcionado, cierra ese libro de su autor favorito que tanto esperaba, pensando que ya no es más su autor favorito.
74. Nervioso, con profundo dolor de ojos y tras años de experiencia, reparando un reloj muy, muy, muy caro.
75. Totalmente harta de las quejas de los clientes, tras la caja de una sucursal del Condis.
76. Feliz porque hoy es su último día de trabajo, tras la caja de una sucursal del Caprabo.
77. Sorprendida por haber dado la pincelada justa en esa obra que le llevó ocho meses de trabajo. La última pincelada.
78. Leyendo La Razón y diciendo que sí con la cabeza.
79. En un sitio privilegiado del Gran Teatro del Liceu, habiendo disfrutado tres horas el virtuosismo de ese fantástico pianista.
80. Escribiendo con prisas un nuevo y absurdo post en este absurdo blog. Con prisas no por haber sido invadido por un rapto de inspiración, sino porque la batería de mi ordenador está a punto de agotarse.

sábado, marzo 15, 2008

John y Frank

"Si no nos desviamos de las normas, el progreso no es posible"

"La estupidez tiene cierto encanto. La ignorancia no".

"Si quieres descansar, ve al colegio. Si quieres educación, ve a una biblioteca".

"La vida es fácil con los ojos cerrados, mal entendiendo todo lo que ves".

"Dios es un concepto con el cual medimos nuestro dolor."

"Una parte de mí piensa que soy un perdedor. La otra parte, que soy un dios todopoderoso"


Estas frases pertenecen a dos tipos que destruyeron los moldes de la música del siglo XX. Hablo de John Lennon (1945-1980) y de Frank Zappa (1940-1993). No tengo ganas de decir a quién pertenece una u otra frase, quien quiera saberlo que lo averigüe por su cuenta. Todo esto viene a colación de este show que los señores Zappa y Lennon hicieron en 1971. El comienzo es eminentemente lennonístico (de hecho, John cuenta que tocarán un tema que hacían en The Cavern). El final, ya lo verán, deriva en un típico trance zappiano. Lo único que lamento son los muríaticos grititos de Yoko Ono...

"El otro día vi la eternidad"

La frase, profunda y sublime como una , pertenece al poeta metafísico galés Henry Vaughan.

In this world of sugar's lies,
And to use a larger measure
Than my strict yet welcome size.
First, there is no pleasure here:
Coloure'd griefs indeed there are,
Blushing woes that look as clear,
As if they could beauty spare.

La frase de la semana

"Entender puede ser una condena. Y no entender, la puerta que se abre".

Enrique Vila-Matas

Allí



Buscaba,
abría todas las puertas del salón
y me arrojaba a los abismos
sujeto a delgados hilos de baba.

Buscaba
buscaba y caía,
sobredosis de abismos
y ningún verbo conjugado
¡ay! amargos orgasmos;
lo sé,
hoy las ninfas se robarán mi carne.

Buscaba
caía
caía y hundía,
pirañas bajo la almohada
gritos simultáneos
con aire de caverna
con ruido a montaña;
sí, lo recuerdo
diez dedos en simbiosis
cabellos que desaguaban al mar
y una búsqueda que acabó
cuando dejé de buscar.


(MP3 del post: Tranquiliza mi mente, de Neil Young)

jueves, marzo 13, 2008

Universo


Convulso
ecos desde el pozo
los espasmos vienen en camino
la tierra sacude
la lava es viscosa
el suelo resquebraja
el mundo vuelve a Pangea
el espiral es infinito
menos que yo.

Olvido
me entrego a las cadenas oxidadas
me flagelo con espinas de acero
trago esas espinas
y sin masticar
y grito de placer hasta evaporar.

Vacío
vacío todo lo que me puebla
lo devuelvo al mar
al aire con gusto a mí
y todo es un mar de mí
todo lo que me rodea es mí
la realidad se condiciona
la realidad es mi vara
sólo existo yo de éste lado de la raya.

Fuera,
fuera también soy yo
el mundo es lo que yo me represento a mí mismo
el mundo soy yo
y nadie más.
Nadie más.

miércoles, marzo 12, 2008

Atisbos de lucidez

"¿Que qué es el arte? El arte es un juicio acerca de la trágica condición humana."

"El mejor arte está hecho de tristeza, y no de felicidad."

"Se escribe poesía porque uno se va a morir, pero principalmente porque uno desea ser querido. Uno escribe para decirse, pero también para reclamar amor."

"Si existiera una raza inmortal, o sea en una estirpe en la cual no existiera el amor y la muerte –ya que uno es consecuencia del otro– el arte no existiría. El arte es hijo de nuestro carácter mortal y, por consecuencia, también de la existencia del amor."

"El mejor amor es el presente, el goce tiene lugar en un momento, éste, en el ápice vertiginoso del tiempo. El amor pasado siempre es doloroso. El amor futuro tiene un sentido, ya que el cuerpo siempre se predispone para el goce futuro."


Todas las frases pertenecen al escritor argentino Alejandro Dolina.

viernes, marzo 07, 2008

Carta de navegación


Todas las sábanas del mundo
no son suficientes para cubrirnos
para hundirnos en este mar
tan oscuro como el cuenco vacío de tus ojos.
Paso mi dedo por tus labios
quiero copiar su forma
sus arrugas, tus comisuras;
quiero apropiármelos para siempre
quiero pintar cielos con tus labios.
Hago surcos en tu espalda
caigo por tu columna
te robo latidos y los guardo en una burbuja
construyo un refugio en el hueco de tu pecho
me escondo tras esas pestañas que te tiemblan.
Y de pronto, cuando las sábanas levantan vuelo
cuando tus suspiros deshacen mis cimientos
de pronto, cuando mis bocanadas se apagan
y descongelan los hielos narcóticos
de pronto el sol.

miércoles, marzo 05, 2008

Fantasma

Puedo sentir la punta de tus dedos
que desgarran mis asperezas
o puedo ser un ciego involuntario
y palpar hasta adivinarte.
Estas tan cerca que no veo
estas sencilla, en caída libre
sos la pluma de mi almohada
que sale todas las noches cuando me raptan los duendes
esa pluma que dibuja eses
porque no quiere tocar el suelo
y sin embargo cae.

Puedo ser el que te infla
el que te empuja al vacío, el que corta tus cuerdas
puedo ser el grito nocturno que no oye
o el soplido de la vela que ennegrece
o la llave que sólo cierra
o el lunar que siempre se te esconde.
Pero soy la multiplicación de las desdichas
un hueco hundido en el colchón
la última letra de tu nombre
el olvido del sentido
la muerte del olvido
lo que expulsa
lo que late
lo que muerde
lo que entra.
Creo ser lo que te aleja
Pero ni siquiera eso.

martes, marzo 04, 2008

Escrito hace dos años y pico, en la Tate Gallery de Londres

Sorprendido, hoy hallé en mi carpeta Borrador del Blogger unos textos que había escrito hace bastante, mientras vagaba con mi cuadernito por los pasillos de la galería de arte moderno Tate, de Londres, una desnuda noche de invierno. Ya que estoy en plan de extirpar pasados, y a la espera de mi final, ofrezco estas reflexiones frente a dos obras que me impactaron particularmente. Una de Pietr Mondrian y otra de Lucio Fontana...


"Romper, romper constantemente. Siempre hay más allá. Siempre hay barreras. Todo el tiempo, en todo lugar podemos destrozar en un millón de pedazos cualquier tipo de esquema. No tenemos que mirar hasta la distancia de nuestros dedos estirados. Patterns, crear patters para ayudar a (ciertas) personas a pensar que el mundo tiene tantas caras que, en consecuencia, no tiene caras…"



"Apertura, ojo, espacio, desgarro, descubrimiento, interior, exterior, ahí, aquí, cosmos, vacío… Gracias a Lucio Fontana empecé a comprender un poco el significado de la palabra vagina."

Palabra de Oliverio




Oliverio Girondo fue de esos a los que todo le acababa importando una puta mierda. Cuando todos se acobardaron de hacer tanto surrealismo, él lo continuó, lo llevó hasta las últimas consecuencias y terminó por crear un estilo único e inigualable. Cuando ya no era chic hablar de las vanguardias románticas del XIX, él junto a Enrique Molina se mandaron una traducción descomunal de esa joya llamada Una temporada en el infierno, de Riambaud. Así como si nada le robó la mujer a Borges, la lánguida Norah Lange... Gran favor que nos hiciste Oliverio. Porque si Borges se hubiese casado con esa mina seguramente no habría sido el descomunal escritor, el infinito creador, ése reprimido sexualmente que conocimos, aquel que (según dijera Leopoldo Becerra) era capaz de generar "orgasmos literarios", ése Borges que halló como placer último y supremo la búsqueda del fin del universo en el caos eterno del universo, y no lo resumió en una vagina, como tantos han hecho...

Hoy me dieron ganas de hablar de Oliverio porque, también, a mí hoy todo me importa una puta mierda.

Ahí van dos muestras de sus glóbulos rojos.

I

Cúbrete el rostro
y llora.
Vomita.
¡Sí!
Vomita,
largos trozos de vidrio,
amargos alfileres,
turbios gritos de espanto,
vocablos carcomidos;
sobre este purulento desborde de inocencia,
ante esta nauseabunda iniquidad sin cauce,
y esta castrada y fétida sumisión cultivada
en flatulentos caldos de terror y de ayuno.

(fragmento de su poema "Invitación al vómito").


II

"La vida es un largo embrutecimiento. La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas; poco a poco nos aprisiona la sintaxis, el diccionario"...

(de "Membretes").


...y un clásico
EL PURO NO

El no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
si son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
si yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no

(de "En la masmédula")