martes, marzo 18, 2008

Ochenta maneras de usar una silla


1. Frente a un escritorio, pluma en mano y con una pistola al lado, redactando un testamento.
2. En un trono, dando la orden real de comenzar una guerra contra el reino del norte.
3. Una cena con la pareja en el restaurante más caro de la ciudad, con un anillo de bodas en el bolsillo de la chaqueta.
4. Sentado con la espalda donde va el culo, la cabeza colgando, las piernas apoyadas en el respaldo y los pies hacia arriba, mirando una película de Woody Allen.
5. Frente a un piano, tocando una pieza de Schubert.
6. Firmando el acta de divorcio en un prestigioso bufete de abogados.
7. En la butaca del coche que soñé tener toda mi vida después de haberme divorciado, por fin.
8. De pie frente a la silla, pensando que esa silla podría estar ocupada por una persona que ya no está.
9. Probando alguna nueva y complicada postura sexual hindú.
10. Junto a una vieja máquina de escribir, poniendo el punto final a una novela que el autor decidió titular La metamorfosis.
11. Sentado con la espalda recta, las piernas cruzadas en posición de loto, las manos descansando sobre las rodillas y juntando los dedos pulgar y medio.
12. Igual que la posición anterior, pero diciendo OM repetidas veces.
13. Haciendo fuerza con los brazos para mover las ruedas, frente al umbral de la entrada a un banco, para depositar el dinero cobrado en un seguro por accidente.
14. Con unos colegas mal afeitados, jugando póker, iluminados solamente por una pequeña vela, rodeados de humo.
15. Vendiendo billetes de la ONCE en una caseta de color azul.
16. Mirando a los Beatles en directo, pero con la imposibilidad de escucharlos a causa del ensordecedor griterío de las fans.
17. Tomando el té con mi nueva suegra, poniendo cara de yo no fui.
18. En un autobús a punto de arrancar, mirando las caras de la gente que llora allí fuera, caras que nunca más volveré a ver.
19. En el asiento trasero de un jeep, preparado para el relevo de los soldados que murieron en el frente de batalla.
20. En la clase ejecutiva de un vuelo de American Airlines con destino a las islas Mauricio.
21. En una butaca de la barra del Apolo, intentando ligar con una guiri.
22. En la sala de espera del dentista, escuchando los desgarradores gritos del pobre señor que entró antes que yo.
23. En el pasillo junto a la sala de partos, escuchando el llanto de un bebé recién nacido. Quizás sea mi hijo.
24. Volviéndome a poner los dolorosos zapatos de tacón, a las seis de la tarde, después de terminar los aburridos informes que me encargó mi jefe.
25. Tejiendo unos zapatitos rosas para esa niña que trae mi hija en brazos, y que aún no conozco.
26. Cantando con unos enormes auriculares frente a un enorme micrófono, en un enorme estudio, frente a un enorme vidrio con un técnico de sonido detrás, que regula los botones de una enorme consola.
27. Aguantando las ganas de estornudar en el panel de un importante congreso organizado por las Naciones Unidas.
28. Sentado junto al presidente de un país musulmán, firmando el alto el fuego por tiempo indeterminado.
29. Frente a un piano, tocando una pieza de Strauss.
30. Escuchando las confesiones de mi paciente, que está acostado en el diván.
31. En una tumbona mirando el color de las cometas de los niños que juegan en la playa.
32. En una tumbona, mirando a unas rubias haciendo topless.
33. Chateando horas y horas en el MSN con el amor de mi vida (versión de él).
34. Chateando horas y horas con el tío que se va a casar conmigo para hacerme los papeles (versión de ella).
35. Con la silla dada vuelta, viendo las telarañas.
36. Espalda al suelo, contando la cantidad de mocos que hay pegado debajo de la silla.
37. Con la cabeza hacia atrás, totalmente relajado, escuchando el último disco de Sigur Ros.
38. Fumando una maría con pipa, con las piernas abiertas y los brazos caídos.
39. Durmiéndome en la clase de geografía.
40. Con la chica que me gusta sentada en mis rodillas, haciéndome el amigo pero, con disimulo, oliendo el aroma de su cabello.
41. El poeta, derrotado y abatido, que escribe el último poema de su vida, pensando que eso no es lo suyo.
42. En un locutorio, llamando por teléfono a Ecuador, felicitando a la madre por su cumpleaños.
43. Frente a un piano, tocando una pieza de Bhetooven.
44. Gritando desesperado en el primer asiento de un autobús, viendo a ese camión que viene de frente y que no tiene intenciones de frenar.
45. En un estadio de fútbol, con la cabeza entre las manos, pensando que nunca más iba a volver a pagar para ver a esos once desastrosos.
46. Sin que los jefes lo vean, girando y girando en una silla de oficina, recordando lo divertido que es hacerlo.
47. De pie, ensayando un suicidio.
48. De rodillas, ensayando un suicidio un poco más complejo.
49. De rodillas, ensayando una nueva forma de rezar.
50. De rodillas, ensayando una nueva postura sexual.
51. Frente a una batería, tocando el solo de la canción The Mule de Deep Purple, en Japón, año 1973.
52. Frente a un piano, tocando una pieza de Puccini.
53. Aunque parezca imposible, intentando mantener la mente en blanco, no pensando en nada, bien acomodado en esa cómoda silla del Ikea.
54. Tomando mate amargo y agua bien caliente con una persona que acaba de preguntarle “¿Qué estás fumando?”
55. Jugando al ajedrez con un ordenador llamado Deep Blue.
56. En el asiento del Apolo XII a punto de pronunciar una famosa frase al centro de control de Houston.
57. Frente a un microscopio, viendo cómo bailan las bacterias.
58. Tomando whisky para olvidar.
59. En una cena romántica, mientras hurga en el bolsillo de su chaqueta le dice a la mujer de sus sueños la trillada frase: “¿Te quieres casar conmigo?”
60. Bostezando.
61. Intentando apartar con una mueca absurda la gota de sudor que baja lentamente desde mi frente, mientras comparezco sin muchas convicciones en este absurdo juicio, ante una horda de abogados.
62. Junto a la profesora de ruso que me explica las seis declinaciones del idioma, con total cara de desconcierto.
63. Aburrido, el nuevo empleado sella y sella detrás del mostrador de la oficina de Correos.
64. La empleada de al lado, contenta por ver que tiene como nuevo compañero de trabajo a un chico tan guapo, y que sella tan pero tan bien.
65. Un sacerdote que no escucha demasiado y dice lo mismo ante los pecados de sus fieles, en ese viejo confesionario.
66. Frente a un piano, tocando una pieza de Brahms.
67. Intentando dormir para amenizar la espera en la estación de Sants.
68. Llorando con desconsuelo frente a una gran caja de madera.
69. Contento, ilusionado, temeroso, escuchando a la maestra en su primer día de clases.
70. Conduciendo una Ferrari, acelerando en las curvas, camino al casino de Montecarlo.
71. Recordando sus primeros amores mientras lee una novela de Corín Tellado.
72. Acomodando el culo mientras escucha los consejos del profesor de ergonomía pagado por la empresa en la que trabaja.
73. Decepcionado, cierra ese libro de su autor favorito que tanto esperaba, pensando que ya no es más su autor favorito.
74. Nervioso, con profundo dolor de ojos y tras años de experiencia, reparando un reloj muy, muy, muy caro.
75. Totalmente harta de las quejas de los clientes, tras la caja de una sucursal del Condis.
76. Feliz porque hoy es su último día de trabajo, tras la caja de una sucursal del Caprabo.
77. Sorprendida por haber dado la pincelada justa en esa obra que le llevó ocho meses de trabajo. La última pincelada.
78. Leyendo La Razón y diciendo que sí con la cabeza.
79. En un sitio privilegiado del Gran Teatro del Liceu, habiendo disfrutado tres horas el virtuosismo de ese fantástico pianista.
80. Escribiendo con prisas un nuevo y absurdo post en este absurdo blog. Con prisas no por haber sido invadido por un rapto de inspiración, sino porque la batería de mi ordenador está a punto de agotarse.

No hay comentarios: