jueves, noviembre 02, 2006


«En realidad no sé nada de la vida. La vida es la que me sabe a mí. Rodeado de espirales, construyo casas de lana en medio de la tempestad y lanzo a un mar helado todas mis pertenencias, mi ropa, mis escritos... Todo. Incluso yo me lanzo. Pero siempre vuelvo y retorno sobre mis pasos para caminar en ese camino desconocido que tantas veces he pisado. Un camino que tiene mi nombre. Y que no conozco.»

1 comentario:

Anónimo dijo...

A medida que pasa el tiempo vamos descubriendo cosas en nosotros mismos que no conocíamos, cosas en los demás y evolucionamos, todo va cambiando poco a poco, como sin darnos cuenta, y llega un día que miramos hacia atrás y nos sorprendemos de aquellas cosas que antes eran importantes y ahora son tan insignificantes.
Pero es así, todo fluye, nada permanece.
Raquel