domingo, febrero 03, 2008

La agonía de Gregorio Jebluss


Hoy me levanté con la sensación de que mi final está próximo. Mejor dicho, mi transmutación, mi transpolación, mi traslado o cualquier otra palabra que comience de esa misma manera. Últimamente se presentan ante mí montones de indicios que indican que está llegando el capítulo final de esta andadura. Siento que recorro los mismos caminos, y esa insistencia no hace más que formar surcos en el suelo: una señal de que hay que cambiar el carril. Como las crisálidas, poco a poco voy despellejándome para ver una nueva apariencia, quitarme de encima la sustancia viscosa que me ha protegido en este desarrollo y desplegar mis flamantes alas. Por fin.

Gregorio Jebluss, el escritor que no existe (o, mejor dicho, que aún no existe), tiene la sensación de que la tinta de su pluma está por acabarse.

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